lunes, 20 de febrero de 2012


ESCRITORIO ECONÓMICO
M.N.I.  Jaime E. Mondragón M.


He comentado en ESCRITORIOS anteriores sobre la Gran Recesión que agobia a la economía global y abordé lo relativo a los pronósticos de expertos e instituciones para este año que inicia con malos augurios.  Ahora es conveniente  presentar las opciones técnicas de carácter económico para resolver la crisis.  

Apuntar que la solución radica en la ESTRATEGIA que los gobiernos adopten no resuelve la cuestión.  Hay que precisar qué estrategia es la que deben utilizar. Y en este campo de las definiciones no hay más que dos opciones:

a)    dejar operar libremente a la economía neoliberal, quitando las regulaciones gubernamentales (remanentes) al MERCADO.  Esta opción  obligaría a México (por ejemplo) a realizar reformas estructurales pendientes (hacendaria,  monetaria,  política,  energética,  educativa, de Estado,  Moral);
b)   promover la intervención rectora del gobierno en la economía.  Esta propuesta obligaría a reponer una administración económica de carácter keynesiano.

En la realidad es muy difícil encontrar la aplicación de uno de estos extremos toda vez que hay opciones intermedias que se diferencian por los porcentajes de MERCADO y de intervención gubernamental. 

Para la primer opción (a) me permito hacer algunas precisiones:  una  economía neoliberal se caracteriza por la libertad muy amplia que tiene el MERCADO. Se supone que los actores económicos deciden libre y racionalmente sus acciones. Y es el MERCADO el que determina los precios y las opciones de inversión y consumo en un contexto de competencia capitalista. 

Por lo contrario,  una economía intervenida (opción b) es aquella en que las acciones y los resultados básicos de la economía son determinados por la acción  de control (o rectoría) que ejerce el gobierno.  Esta entidad fija las tasas de interés, tipos de cambio,  salarios  y precios oficiales, para nuestro ejemplo. Por supuesto que hay diferentes niveles de intervención gubernamental: desde una economía centralmente planificada (países socialistas) hasta una economía con planificación flexible o Indicativa del tipo de la que se aplicó en México en el periodo 1940 – 1982.   

México tuvo una economía de fuerte intervención estatal hasta 1983 y de entonces a la fecha la presencia gubernamental se ido desvaneciendo,  siendo mínima a la fecha.  En la actualidad nos rige el MERCADO,  aunque todavía hay ciertas restricciones que lo limitan y que se pretende remover con las reformas estructurales mencionadas anteriormente.   

En diferentes circunstancias y siempre con argumentos falaces, a la mayor parte de los países del mundo se les impuso la economía de MERCADO (neoliberal).  A México, como lo cité la semana pasada,  se la impusieron el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los EUA en 1983 como condición para renegociar (?) la deuda exxxterna.  

Reitero y enfatizo:  la  aceptación de las obligaciones contenidas en la  CARTA DE INTENCIÓN que el gobierno firmó con esos organismos financieros  impuso las agresivas y desnacionalizadoras políticas económicas neoliberales que en conjunto se conocen como CONSENSO DE WASHINGTON.

Sin embargo,  luego de muchísimas y graves crisis capitalistas que colapsaron economías nacionales (México, Brasil, Rusia, Argentina,  Filipinas,  por ejemplo), la Gran Recesión Global de 2009 obliga a la revisión de este Modelo económico que no fue capaz de impedir (¿o lo generó?) el desplome de la producción y el empleo, el ingreso y el bienestar.

Dejando de lado el análisis de los orígenes de la crisis global, analicemos las opciones que el mundo tiene para enfrentar y superar la Gran Recesión que amenaza con agravarse y adquirir dimensiones de DEPRESIÓN. 

Podemos resumir la cuestión apuntando que hay dos ESTRATEGIAS aplicables al caso:  la Anticíclica y la Procíclica.  La primera implica que los gobiernos deben utilizar Políticas de Expansión de la economía mientras que la segunda impondría una Estrategia de Contracción de la economía. 

Estrategia Anticíclica o de expansión económica

Contiene entre otras, las siguientes medidas económicas básicas:   i) ampliación del Gasto Público (corriente y de inversión)  ii) disminución de la carga fiscal (retiro, disminución y/o devolución de impuestos  iii) generación y/o ampliación de subsidios a productores y consumidores  iv) incremento moderado del Déficit fiscal y de la Deuda Pública  v)  devaluación de la moneda  vi)  reducción de tasas de interés activas vii) aumento de la masa monetaria (cantidad líquida y disponible de dinero) viii) promoción de la inversión privada nacional y extranjera  ix) operación de grandes programas de construcción, modernización y/o ampliación de infraestructura productiva y social para promover el Empleo  x)  aumento del salario y mejora de condiciones laborales xi) ejecución de medidas proteccionistas y xi) ampliación del Programa de Bienestar.

El Objetivo Económico General y principal de esta Estrategia Anticíclica es frenar y revertir las tendencias que favorecen la crisis y eventualmente superarla.  Sus Objetivos Específicos son entre otros no menos importantes,   favorecer intensamente la creación de empleo; proteger el ingreso de la clase trabajadora; promover la inversión y la producción; incentivar el consumo; desalentar el ahorro; apoyar la exportación y limitar la importación (proteccionismo);  y elevar los niveles de Bienestar de la población.

Estrategia Procíclica   o de Contracción Económica

Se caracteriza por la aplicación de las siguientes medidas económicas básicas:

i)  Contracción del Gasto público (corriente y de inversión)  ii)  control obsesivo de la inflación  iii)  ampliación de la carga impositiva  iv)  disminución o retiro de subsidios y apoyos a productores y consumidores   v)  reducción a ultranza del Déficit fiscal y la Deuda Pública vi) apreciación de la moneda o mantenimiento de su tipo de cambio  vii)  aumento de las tasas de interés viii) reducción de la masa monetaria (se seca la economía)  ix) se mantiene o amplía la promoción a la inversión extranjera y se limita la inversión nacional   x)  se amplía y fortalece la apertura económica y  xi)  se reducen o cancelan acciones gubernativas relacionadas con el Bienestar de la población.

Esta Estrategia de Contracción Económica es precisamente la que se aplica en México.  Y aclaro:  no inició su aplicación en los años recientes para enfrentar la Gran Recesión Global:  ¡la padecemos desde 1983!.  Es particularmente agresiva con la población asalariada pero también es ofensiva con los empresarios micro,  pequeños y medianos.  En contrario, es obsequiosa en extremo con los grandes inversionistas y de manera muy especial, con los inversionistas extranjeros. 

Su Objetivo Económico General consiste en lograr y mantener la salud de las finanzas públicas.  El crecimiento, la promoción del Empleo y el Bienestar social le resulta irrelevante.  Entre sus Objetivos Económicos Específicos destacan los siguientes: i) evitar el Déficit Fiscal; ii) no generar (o incrementar) Deuda Pública;  iii)  contener la inflación;  iv)  mantener bajo estricto control el Tipo de Cambio;  v) impedir prácticas proteccionistas o nacionalistas;  vi) garantizar los aspectos jurídicos inherentes a la propiedad y la inversión (particularmente extranjeras) y vii)  mantener una imagen de modernidad y pujanza económicas hacia el exterior.

Lo dejo, estimado lector, con esta información económica relevante y con una pregunta y una sugerencia.  

PREGUNTA:  ¿Qué ESTRATEGIA le parece la más conveniente para nuestro país?

SUGERENCIA:  analice a la luz de estas dos ESTRATEGIAS las propuestas de los candidatos a la presidencia para que su decisión sea asertiva.

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